Tania se prepara como cada sábado para encontrarse con Juan, un ritual que los acompaña desde hace años.
No esperaba que esa noche cambie su vida, mientras cenan él inicia la charla contándole de su nuevo ascenso en la empresa. Felices brindan por esta noticia.
Inesperadamente ve que la sonrisa de su rostro se va desvaneciendo, le cuenta que debería instalarse en Colombia.
En varias oportunidades conversaron de armar una vida juntos, pero nunca lejos de aquí.
A partir de esa noche para Tania solo hubo sentimientos encontrados, una vida junto a Juan un sueño, conocer un nuevo país le parecía maravilloso, pero sus padres ya grandes quedarían solos.
Se sentía presionada entre dos amores, las dos partes dejaban que ella decidiera con libertad, pero sus emociones eran un sube y baja, que iba desde la alegría al llanto en un mismo día.
Cada noche al acostarse, se preguntaba una y otra vez ¿Qué hacer? ¿Cuál sería la mejor decisión? Sabia que viajar implicaría no saber cuando volvería a partir de las diferentes experiencias de conocidos, no sería tan fácil y quedarse significaba perder cada día un poco a Juan.
Después de un largo mes, el día menos esperado llegó, Tania despide a Juan en el aeropuerto con la promesa y esperanza de viajar pronto.
Lo ve partir con lágrimas en los ojos, él se da vuelta por última vez y con un te amo en los labios se pierde entre la gente.
Estas palabras aún las atesora en su corazón desde aquel día, de ese gran amor de juventud que se transformo en amistad.
@amar_mis_suenos
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