Camino por el bosque, donde grandes árboles me rodean y entre sus follajes dejan pasar sutiles rayos de sol, que me dan una penumbra acogedora.
Entre tantos, no me pregunten porque un árbol llama mi atención, me acerco y no dudo en tocarlo, sentirlo, su textura es áspera, fría me da un escalofrío en todo el cuerpo, sin embargo me brinda la sensación de resguardo.
En ese instante siento a lo lejos el sonido del agua al caer y el hermoso canto de las aves, sorprendida me acerco despacio y me encuentro una bella cascada rodeada rocas húmedas, musgo y mucho verde alrededor. El entorno realmente parece una pintura y decido sentarme a contemplarla, como si estuviera en un gran museo a cielo abierto.
Desde una roca puedo observar la cascada, el pequeño arroyo que se forma, regalándome un momento de paz interior, donde mis pensamientos vuelan junto con aquellas aves que la rodean como piratas protegiendo ese gran tesoro.
Esta pausa, me permite darle lugar a mis sentidos, cierro los ojos me dejo llevar por los sonidos y los aromas de tierra húmeda, eucalipto, paso mis manos por la roca y me encuentro con una pequeña hoja húmeda y fría.
Disfruto este momento, el silencio lleno de sonidos que me brinda la naturaleza.
Un fuerte sonido me despierta, de este hermoso sueño y la rutina sigue su curso.
@amar_mis_suenos
MAG
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